domingo, 20 de abril de 2014

Orgullo y tradición.


Las sangrientas luchas entre las comunidades judías de Santa Ana, Puente Castro y San Martín, parece que han sido uno de los orígenes de esta tradición.
A pesar del edicto de los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) por el que se expulsaba a los judíos de España, no terminó con la expulsión de todos ellos, lo que dio lugar a que aún permanecieran en nuestra ciudad una parte de esta comunidad judía.
El posterior decreto de Felipe III, de 1.609, dio lugar a la expulsión definitiva de esta comunidad de la ciudad. Dice la leyenda que no teniendo los leoneses judíos que expulsar, conmemoraron esta  victoria acudiendo a las tabernas a tomar limonada, asimilando que cada limonada que tomaban era un judío que mataban o expulsaban.
Aunque los establecimientos hosteleros suelen servir la limonada unos días previos a la Semana Santa y también en días posteriores, el período "oficial" podemos decir que va desde el Viernes Santo al Domingo de Resurrección. 
Cada establecimiento tiene su propia receta, aunque una de las más tradicionales es la que tiene como ingredientes: vino clarete, agua, canela y limón: 5 litros de vino, 1 de agua, 1 kilo de azúcar, un kilo de limones y dos ramas de canela; se pone en una tinaja de barro y se deja en reposo una semana.
Hay otras muchas recetas que añaden naranjas, higos e incluso algún tipo de licor, pero nosotros nos quedamos con la receta más tradicional.