La familia Bardem, sí esa familia de excelsos actores todos ellos y portavoces de los más desfavorecidos. La matriarca Pilar, una Pasionaria de chalé, azote de la injusticias pero que se pone malita y su hijo Javier, tan rojo él, tan defensor de lo público, fleta un avión privado para trasladar a mamá de México a la Clínica Ruber. Sí, como uno de esos capitalistas repugnantes que tanto les asquea a ellos. Pero sigamos. Javier Bardem, sí el de ‘el No a la Guerra’, ‘stop a las hipotecas’, el prosaharaui, el propalestino en fin… el Robin Hood de los desvalidos. El mismo que alquila una planta entera del Hospital Monte Sinaí (judío) para que su mujer dé a luz. Hospitales públicos, no gracias. Eso para los bobos a los que engaña. Pero aún hay más. Hace tres días salió a la luz pública que los Bardem cerraban ‘La Bardemcilla’ y dejaban a once trabajadores en la puta calle aplicándoles el ERE más duro posible amparándose en la reforma laboral que tanto han criticado ellos. Acojonados por la repercusión que ha tenido, han dado marcha atrás y han culpado a la hermana del clan y arreglado. Esta familia es el más claro ejemplo de la doble moral de la izquierda intelectual. Ricos, poderosos, apostando por lo privado, empresarios sin escrúpulos, pero…. Rojos, muy rojos.
